Quizás he tardado demasiado en ver esta película, pero soy una hipocondríaca y todo lo que tenga que ver con enfermedades me pone enferma, literalmente. No, no literalmente, es un efecto placebo pero que da muy mal rollo. Pero bueno, ¡la vi! A este paso me voy a hacer una experta en la temática VIH.
Dirigida por Jean-Marc Vallée, para el guión contaron con una serie de entrevistas que Craig Borten hizo a Ronald Woodroof, protagonista de esta historia. Obviamente y según he leído, decoraron un poco todo para que quedase mucho más poético, y también taparon algunas cosas que eran demasiado fuertes como para llevarlas al cine, o a los Óscars. Pero aún con todo eso, la película merece mucho la pena.
Estamos en los años ochenta, aproximadamente 1986, Ronald Woodroof (Matthew McConaughey) tiene un accidente de coche, lo llevan al hospital, le hacen varias pruebas y le diagnostican sida. Le dan treinta días de vida. Escéptico al principio porque según él esta enfermedad es de maricones y él no es un maricón, decide buscar información y atando cabos sobre su vida tan movidita resulta que sí, tiene la enfermedad. En esa época aún no se sabía cómo combatir el sida, estaban empezando a hacer pruebas con humanos sobre un fármaco llamado AZT. La cosa no le funciona demasiado bien y decide automedicarse con fármacos de contrabando de varios países (México, Francia, Japón...) que estaban prohibidos en los Estados Unidos. Con ayuda de un transexual muy carismático llamado Rayon (Jared Leto), crean el Dallas Buyers Club. Y ya no cuento nada más, no quiero ser ese tipo de gente que el diablo envía al mundo terrenal para soltar spoilers.
Matthew McConaughey y Jared Leto se salen de buenos en esta película. Pero es que Jared, mi queridísimo Jared, ese hombre al que tiñes de rubio y le dejas barba, y es Kurt Cobain, está espectacular. Cinco segundos desde que aparece por primera vez y con sólo escucharle hablar te das cuenta de la transformación por la que ha pasado. Y ni siquiera puedes imaginártelo de otra manera. Una auténtica pasada. Para más añadidura, el personaje que interpreta es maravilloso.
Me impactó muchísimo, como siempre, el rechazo de la sociedad hacia estas personas. Como si hubiesen elegido estar enfermas. El miedo a contagiarse por un roce de mano, la ignorancia, y la crueldad. La falta de humanidad de algunos médicos y el asco que me da la industria farmacéutica haciendo un negocio de prácticamente todo. También me resultó chocante la forma de ver las cosas de Ronald y Rayon. El primero quiere luchar. El segundo cree que no tiene remedio y empieza a darle igual todo, algo así como darle la bienvenida a la muerte.
Si no hablo de la banda sonora, me pego un cabezazo. Otro de los puntos fuertes de la película, y para mi, algo muy importante en todas las películas. En este caso encontramos a grupos como The Naked And Famous, The Airborn Toxic Event, Blondfire, Neon Trees, Capital Cities... En fin, una delicia. Y esta canción de T. Rex con una letra que, si no te hace llorar, mejor comprueba si lo que tienes en el pecho late:
Por último, algo que me llamó mucho la atención: en la película presentan a Ronald como un vaquero de rodeo, pero realmente no era así. Por lo que he podido leer, era aficionado al rodeo pero jamás montó. Eso me hizo pensar que quizás presentaron el rodeo como una metáfora sobre la situación del protagonista. A fin de cuentas se trata de eso. Aguantar y aguantar, hasta que caigas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario