Frances Ha: perderse en blanco y negro.




Dirigida por el norteamericano Noah Baumbach y protagonizada (y muy bien protagonizada) por Greta Gerwig, la película trata de una chica que tiene un sueño: ser bailarina. Ambientada en Nueva York y en blanco y negro, no puedo evitar pensar en el Manhattan de Woody Allen, pero esta historia dista bastante de los líos amorosos de unos ricos acomodados en el mejor barrio de Nueva York. Esta historia le puede pasar a cualquiera. De hecho, me está pasando a mi, ahora mismo, en España, en Cádiz, en mi habitación.

Frances está en una etapa de su vida en la que se pregunta una y otra vez, "¿Qué estoy haciendo?". Ni muy joven, ni muy mayor, ve como sus amigos de toda la vida sientan la cabeza, consiguen un buen trabajo, se casan, tienen hijos, ganan dinero, se mudan a Tokio, conocen a sus suegros. ¿Y ella? Ella sigue siendo aprendiz de una compañía de ballet que no se decide a contratarla como bailarina, acaba de dejar a su novio para irse a vivir con su mejor amiga, que a su vez le dice que se muda con su novio. Frances está perdida.

Esta película habla de esa sensación de quedarte atrás, de ver cómo el mundo gira muy deprisa y tú no puedes seguir el ritmo. Algo con lo que todos nos hemos sentido identificados alguna vez. Es una historia cotidiana, contada con mucho humor y de forma muy natural.



"I don't like smoking alone."



En fin, que me ha gustado mucho y la recomiendo a todo ser viviente. Además, el protagonista de la banda sonora es David Bowie, y eso siempre se agradece. 





Me quedo con la frase: "I like things that looks like mistakes."

¿Qué mierdas es Ozymandias?

Eso mismo pensé yo cuando estaba viendo "A Roma con amor", esa película de Woody Allen de la que hablaré algún día. Mónica (Ellen Page) tiene una conversación muy profunda con Jack (Jesse Eisenberg) acerca de El Coliseo de Roma, y de lo que supone el paso del tiempo para las civilizaciones. Y ahí aparece la expresión "melancolía de Ozymandias". Apunté ese nombre y en cuanto acabó la película, mi curiosidad me llevo a Mr. Google, que todo lo encuentra.

"Ozymandias" es un soneto escrito por el británico Percy Bysshe Shelley, allá por el año mil ochocientos y algo. Dice así (en inglés, porque queda más bonito, y rima, y todo eso):


I met a traveler from an antique land,
Who said: Two vast and trunkless legs of
Stand in the desert. Near them, on the sand
Half sunk, a shattered visage lies, whose frown,

And wrinkled lip, and sneer of cold command, 
Tell that its sculptor well those passions read
Which yet survive, stamped on these lifeless things,
The hand that mocked them and the heart fed.

And on the pedestal these words appear:
"My name is Ozymandias, king of kings:
Look on my works, ye Mighty, and despair!"


Nothing beside remains. Round the decay
of that colossal wreck, boundless and bare
The lone and level stands stretch far away.



Básicamente, habla de la inevitable desaparición de las civilizaciones e imperios. Ozymandias era el alias de un antiguo faraón de Egipto que tampoco pudo impedir la desaparición de su imperio, ni de él mismo, ni de todo lo que hizo y fue. 

Me llevé varios días pensando en esta idea. No importa lo grande o lo pequeño que seas. No importa si eres repartidor de pizza o fundador del imperio más poderoso del mundo. No importa si sabes hablar trece idiomas o apenas te apañas con el tuyo. Al final el tiempo se lo llevará todo. Así que, ¿por qué nos preocupamos tanto por esas cosas? 

Como decía una profesora que tuve de pequeña: "Lo importante es ser buena gente."